¡Hermanastra atrapada sin usar bragas!

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Un gran trozo del edificio sobresalía a un lado con un letrero: Centro Correccional y de Rehabilitación Christoph Jarden. Amber lo miró fijamente un buen rato y decidió que había llegado al límite de su confianza. «Todos podemos mejorar».

—Yo no. Mi bufete está interesado en continuar la relación entre usted y el Sr. Probablemente también me acusen de algo.

—Oh, yo no me preocuparía por eso, señor. Eran exactamente iguales a los que ella llevaba puestos. Solo quiero que sepas que mi jefe cuida de quienes lo ayudan. —Eso... no debería importar, ¿verdad?

—Normalmente, no —dijo Amber—. Purfroy estaba inconsciente. Al intentar levantarse, le fallaron las piernas antes de dar dos pasos hacia la puerta, y se desplomó en el suelo como un saco de dinero. Gerrard y más, susceptible de acción legal.

Sin decir nada más, Castor empezó a rellenar los formularios. «Para nada, señor». Se marcharía con el mismo aspecto que había llegado. «¿Y qué tiene eso que ver con que los ascensores sean lentos?».

En ese momento, en el estado de Colorado, existía una ordenanza local que exigía velocidades lentas en los ascensores de los hospitales debido a problemas de salud. "¿Quién te envió?", preguntó. En cambio, sacó su teléfono y envió un mensaje de texto: "Estoy en el ascensor. Por favor, comience". Un agente masculino manejaba el escáner mientras una mujer y otro hombre esperaban a que se acercara.

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