Intentó aferrarse a su confianza habitual, pero su voz vaciló, traicionando el deseo que latía a fuego lento. Duque
Duke se inclinó, rozando su oreja con los labios, su aliento caliente contra su piel. "Lo deseo. ¿De verdad está pasando esto?" "Apenas estamos empezando."
La risa de Wyatt vibró contra su piel, sus labios rozando su oreja. La mano de Duke se deslizó hasta su cintura, acercándola más, su cuerpo presionado contra el de ella. Ella miró a Duke, su mirada hambrienta pero tierna, y algo dentro de ella cambió. "Oh, Dios, Wyatt", gimió, con la voz quebrada al sentir la increíble plenitud, su coño y culo reclamados por sus hijos. Ella gimió, el sonido amortiguado por el beso de Wyatt, mientras el ritmo de Duke se aceleraba, su polla golpeando sus puntos más profundos con cada embestida. La polla de Duke tensó contra sus pantalones vaqueros, su tamaño evidente incluso antes de que se los quitara, recordándole a los toros que manejaban: poder crudo e indomable. "Entonces enséñame", susurró, con la voz temblorosa de necesidad. Se había ganado un momento para sí misma, una oportunidad de deshacerse del peso de ser "Ma" y ser simplemente Josie. Oh Dios, sí. Siempre había admirado su fuerza, su resiliencia, pero esto... esto era diferente. Se permitió sentirse deseada. Cada noche, de cualquier manera que nos lo permitieras.
El coño de Josie se apretó al pensarlo, su cuerpo ya anhelaba más a pesar del dolor.