Me encanta hacerlo sentir bien y sentirlo dentro de mi pequeña vagina. El coño de Narges. Lo froté en su deliciosa raja del culo. Su gemido fue débil. Su coño estaba rosado e hinchado. "No me hagas esperar... tómalo... tómalo..."
Empujé un poco y salí. No sabía si mirarla a ella o a la boca expectante de Narges. Apretada y húmeda... chupando...
"Doce..." Levantó las caderas y presionó la cabeza de mi polla contra su clítoris palpitante. Podría haberla detenido, pero le dejé conseguir esta pequeña victoria... y la dejé bajar un poquito más profundo que antes. Ni la mejor mamada que había tenido se acercaba a lo que Narges le hacía con el culo. Podía ver la polla de Ti endurecerse... estaba flácida cuando entró, ahora estaba semierecta. Se veía genial, tenía una pantalla a color en el mango y era cara. "Ya me lo imaginaba".
¿Estás bien? El dedo meñique. Cuando... un hombre... me mira.
Ella abrió su coño con dos dedos.